Existen personas fantásticas y con un don especial para hacerte llorar…de rabia.
De rabia poderosa, febril y
descontrolada.
¿Cómo puede ser que con dos
míseras palabras o con miles de ellas alguien pueda ser tan dañino?¡TAN
PODRIDO!
¡QUÉ RABIA! ¡Qué debilidad más
grande! Y lo peor no es eso, el colmo es que ya lo sabes de antemano, sabes
cómo acabará y eres TAN CONDENADAMENTE IMBÉCIL
de tropezar otra vez con la misma piedra.
El arte de manipular las palabras
y a las personas no es tan fácil, requiere de tiempo, de tener el gen de mala
persona de nacimiento, de ser lo peor de lo peor.
Triste es caer en estas disputas, pero más triste es si caes
con gente ignorante, todavía te sabe más
a “pedo recocido”.
A la conclusión a la que he llegado en el día de hoy es que tengo
que aprender a morderme la lengua, no caer en la tentación de “entrar al
trapo”. A ser capaz de pasar sin que me afecte.
LAS PERSONAS INDESEABLES CUANTO MÁS LEJOS, MEJOR y si tienes
la mala suerte de trabajar con ellas, pues que el contacto y comunicación sea el mínimo e imprescindible en la medida de lo posible por no decir TOTALMENTE NULO.
Las hay, las hay: Unas mueren de alma....otras ya están muertas en la tuya.
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